sábado, 9 de junio de 2007

Me llaman de muchas formas

Tengo un nombre que empieza por "A"... Me lo infectaron sin darme cuenta producto de la socialización primaria a la que estuve expuesto sin ningún tipo de profiláctico desde el mismo momento en que caí de cabeza a este mundo.

Gracias a mi socialización secundaria -de la que me hice adicto a los seis años en ese antro conocido como kinder Winnie Pooh- he tenido muchos apodos, y al final uno sólo pegó (lo que se decían en la época que nacieron mis abuelas, de los hijos: "¡Ay! Es que tuve cinco hijos pero sólo el Moncho me pegó" como si fueran matas de chayote...) Empieza por "c" pero se escribe con "H". Y una babilonia de variaciones. Impuesto casi como inicio de dinastía porque casi así había sido rebautizado mi hermano (agregarle una "s" al final)

Aquí en esta irrealidad me conocen como "B" "D". Porque me dio la gana.

Y aunque se crea que "B" "D" soy yo es una mentira. Y aunque se crea que " c" que se escribe con "H" soy yo es una mentira. Y aunque se crea que "A" soy yo, pues también es mentira. Soy una mezcla sin depurar de todos y ninguno.

¿Esquizoide? A lo mejor. ¿Psicótico? No es pa tanto. ¿Pelotudo? A mucha honra.


Instantánea 18

Estanquito en pleno campus universitario, diagonal a la cancha de Derecho, frente a Enfermería, frente a un edificio que olvido para qué carajos está. La amenaza de lluvia está dejando de serlo y allí en el fondo, a veces hay pecesitos de colores, allí unas monedas encuentran un nuevo valor de cambio.
Creía que ya nadie conjuraba deseos, ahogando dinero.

2 comentarios:

William Eduarte dijo...

eso chelsi

Floriella dijo...

No tenés que taparte la cara, nosotros ya descubrimos tu identidad secreta...